La palabra religión
viene del latín “religare”, que significa “ligar nuevamente”. Pero, ¿lo que
debe ser nuevamente ligado?
La teoría cristiana
trata de que, debido al pecado, el hombre ha sido separado de Dios, privado de
su presencia, de recibir la vida eterna con Él. Cuando hay pecado (y, mira, pecado
es todo lo que es contrario a los mandamientos e preceptos bíblicos), la ligación/conexión
entre hombre y Dios es rota:
“Mas vuestras
iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros
pecados han hecho ocultar su rostro de vosotros, para no oír.” Is 59:2
Bajo la óptica cristiana,
hay un precio a pagarse por el pecado y ese
precio requiere derramamiento de sangre:
"Y casi todo es
purificado según la ley con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace
remisión." Hb 9:22
Por eso, des de primordio,
hay sacrificios de animales en diferentes ceremoniales y rituales.
Para ofrecer un sacrificio
definitivo, que valiese eternamente y por todos, Dios envió Jesucristo para
morir por nuestros pecados:
"Porque primeramente
os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo fue muerto por nuestros
pecados conforme a las Escrituras;" 1 Co 15:3
O sea, por medio
de Él, somos “religados” a Dios, pues fue por medio de Su sacrificio que tuvimos
nuestros pecados perdonados. Así, no es religión que salva, pero Jesucristo, lo
comprender y aceptar ese sacrificio como hecho por cada uno de nosotros. Lo aceptar
del sacrificio perfecto, del perfecto Hijo de Dios, como el mejor de todos los
sacrificios que fueron y puedan ser hechos.
"De otra manera fuera
necesario que hubiera padecido muchas veces desde el principio del mundo: mas
ahora una vez en la consumación de los siglos, para deshacimiento del pecado se
presentó por el sacrificio de sí mismo." Hb 9:26
Esta es, de manera
muy simple, la ideología cristiana, que consta en cualquier Escritura Sagrada. Nosotros
no predicamos religión, pero Jesucristo, pues no hay como obtener remisión de
los pecados y salvación de otra manera, por otro medio. Él mismo ha dicho:
“ Yo soy el camino, y
la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí.” Jo 14:6
Si quieres ser salvo,
búscalo, procura conocerlo, lee Su Palabra y sé salvo:
"Que si confesares con
tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los
muertos, serás salvo." Rm 10:9
"Porque no envió Dios a
su Hijo al mundo, para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo
por él." Jo 3:17
Haciendo una
oración sincera, puedes entregar tu vida a Cristo:
“Señor Jesucristo,
creo que el Señor murió por mí en la cruce. Creo también que el Señor resucitó
de los muertos y hoy está vivo en el cielo junto a Dios Padre. En ese momento,
abro mi corazón y recibo a Ti como mi Señor y Salvador. Perdona mis pecados y
cambia mi vida. Escribe mi nombre en el Libro de la Vida e ayúdame a conocerlo
más y más a cada día. Ayúdame también a leer Su Palabra y comprenderla. Amén.”